Primera parte de la conversación con el historietista donde detalla su proyecto ambientado en Tlacotalpan y Catemaco. Describe cómo descubrió el Son y su posterior interés en plasmar esa cultura veracruzana. Al ser uno de los ganadores de la beca del FONCA un avance salió impreso en el primer tomo del catálogo «Narrativa Gráfica: Generación 2014-2015» con el título de «Encuentro en la tormenta». 🖳
¿Sobre qué es tu nuevo proyecto?
La sinopsis sería: Patricio es un
pre-adolecente atormentado por la muerte de su madre pues murió al darle a luz.
Una tarde encuentra en la vieja casona de su abuelo (ya fallecido) una pista
dentro de una jarana, que le dice que la muerte de su madre tiene un motivo y
una razón de ser. Obsesionado sale tras las pistas que lo llevan hasta un lugar
enclavado en la selva de Los Tuxtlas. Durante el desbordamiento del río
Papaloapan descubrirá el misterio que envuelve la muerte de su madre.
Todo esto tendrá como telón de
fondo la cultura jarocha y el Son tradicional del sotavento.
¿Te refieres
a la inundación del 2010?
Sí así es, se desarrolla en ese
período. Aunque el Papaloapan se ha inundado varias veces, quiero situar la
historia en ese año. También hablaré de otra inundación que hubo en 1944.
¿Cuáles
otros lugares de la Cuenca y de Los Tuxtlas aparecerán en tu obra?
Básicamente la historia se
desarrolla en Tlacotalpan y Catemaco.
¿Por qué
escogiste estos lugares para tu trabajo? ¿Qué te llama la atención de ellos?
El tema principal del proyecto es
tratar de explicar que en la naturaleza a veces son necesarias las catástrofes
para encontrar un equilibrio natural. Me platicaba Ricardo Perry, productor de
«Los Cojolites» (Son jarocho) que cuando hay inundaciones en la zona de la cuenca
es cuando hay mejores cosechas. El protagonista de la historia descubrirá esta
parte a través de la cultura y las tradiciones de la región que a final de
cuentas son un reflejo de la vida en el campo de la gente que habita esta zona.
Sí, los personajes están
inspirados en el Son Jarocho y retomo algunas cosas de la tradición oral
popoluca y de la cultura Olmeca, ah y cabe mencionar que es una novela gráfica
dirigida principalmente a un público infantil-juvenil. Aunque no es exclusivo
para ese público pero es mi público meta.
Sí, básicamente sí, aunque
siempre me ha gustado y si buscas en algunas tiras de «Muerte Querida» (en las
primeras que salían en «MAD») usaba algunos versos del Son Jarocho como intro para la tira. Pero este es mi primer trabajo inspirado en el Son.
¿Cómo
descubriste esta expresión musical?
Mi primer acercamiento fue
gracias a las transmisiones en vivo de Radio Educación del encuentro de
Jaraneros en Tlacotalpan, cambiándole al radio me llamó de inmediato el ritmo y
me empezó a interesar el programa. Después de varios encuentros escuchados por
esta estación tuve la oportunidad de ir al encuentro con un grupo del INAH, ahí
terminé de enamorarme del Son y de toda la cultura que hay a su alrededor: La
música, la danza, la comunión y convivencia, los sabores, los colores, el ritmo
y la lírica.
Yo soy, digamos un extranjero de
la cultura jarocha, llego como defeño a intentar entender el Son y su cultura,
lo mismo pasa con el protagonista de mi historia, como un extraño de todas las
costumbres de esta región llega a aprender la filosofía por medio de la música.
¿Entonces
plasmas tus experiencias con el personaje?
No de manera tan evidente y
explícita, pero sí de alguna forma imprimo un poco mis experiencias en él. Creo
que todos los autores plasman por lo menos un poco de su propia personalidad en
sus personajes.
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